Para mantener una piel radiante, nutrida y protegida es de suma importancia mantenerla dentro de un pH ligeramente ácido adecuado para ella, esta acidez se le conoce también como “manto de ácido de la piel” el cual se encarga de la porción de agua de la película hidrolipídica que protege las capas externas de la piel haciendo que esta funcione mejor. El papel más importante que cumple es el de ser una barrera protectora entre nuestro cuerpo y el mundo exterior, y el pH de la piel es uno de los mecanismos protectores clave.
El pH es una medida de acidez o alcalinidad de agua que forma parte de nuestra piel. Un pH de 7 es considerado neutro, los valores por debajo son ácidos y los valores superiores son alcalinos. Por lo tanto, el pH natural de la piel es ligeramente ácido y el óptimo de la piel ronda entre 4,7 y 5,75.
El pH de nuestra piel cambia por los agresores externos como la contaminación, los cambios de temperatura y los químicos abrasivos (pollutión). Los productos de calidad para el cuidado de la piel ayudan a conservar el pH óptimo de ésta ya que mantiene y restaura su defensa natural; Evitando que su flora bacteriana disminuya y puedan aparecer problemas en la piel, como acné, resequedad, irritación, inflamación, problemas atópicos.
Esto la vuelve más resiliente, menos sensible y con una mejor capacidad para llevar a cabo su función vital de protección, por eso es recomendable utilizar productos de alta calidad con un pH ligeramente acido como el de nuestros productos ya que cada uno de ellos son formulados con ingredientes naturales y pH de 5,5.
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